martes, 7 de noviembre de 2017

Unidad Educativa "Yahuarcocha"

  Himno Nacional del Ecuador



La creación e implementación definitiva del Himno Nacional del Ecuador se logró después de una serie de propuestas que fracasaron al no lograr un impacto real en la ciudadanía ecuatoriana.


Entre la época de 1830 y 1840 aparecieron dos canciones nacionales que no lograron convertirse en Himno Nacional:
1.     En 1830 el General Juan José́ Flores, solicita al poeta José́ Joaquín de Olmedo que escriba una canción a la patria (con un coro y cuatro estrofas), dicha canción no tuvo impacto.
2.     La segunda canción fallida fue una escrita por el propio General Juan José́ Flores en 1838, no fue musicalizada ni tampoco logró difusión
Posteriormente, el Sargento Mayor Juan José́ Allende, presentó en 1865 al Congreso una composición musical de su autoría con letra escrita por Juan León Mera. Este proyecto de himno tampoco llegó a tener aceptación. El pueblo quiteño no aceptó está propuesta, lo que ya nos da indicios como el pueblo necesitaba una canción que sí refleje la identidad de todos. Solo así́ se podría convertir en el Himno Nacional del Ecuador.


Hasta 1865 el Ecuador no tenía un Himno definitivo y peor oficial. En ese contexto, el Dr. Nicolás Espinosa solicitó a Juan León Mera (Secretario del Senado de aquel entonces), que escriba la letra del Himno Nacional. Ese mismo año el Senado aceptó y aprobó́ la letra del Himno Nacional escrita por Mera, y ya 1866 se encargó́ al compositor Antonio Neumane la elaboración de la música del himno.

El 29 de septiembre de 1948, en la Presidencia de Galo Plaza Lasso el Congreso decretó como oficial el Himno escrito por Juan León Mera con los arreglos de Antonio Neumane; después de 48 años que el Escudo y la Bandera ya fueren declarados como símbolos patrios. Fue tan necesario este decreto ya que la letra del Himno y su música tuvieron varios detractores que promulgaron su rectificación.

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Breve historia de la Bandera del Ecuador


El (segundo) himno más lindo

Seguro que a usted alguna vez le dijeron que el Himno Nacional del Ecuador es el más lindo del mundo. Que se había hecho un concurso de himnos y que el Ecuador había quedado en el primer puesto. La otra versión de la historia era que nuestro himno era el segundo más bonito del mundo, "después de La Marsellesa". Esta historia siempre me pareció sospechosa, incluso de pequeño, porque me sonaba complejo comparar "canciones patrias". Personalmente nuestro himno me encanta, pero siempre creí que los colombianos, los peruanos, los franceses y los gringos opinarían lo mismo de sus respectivos himnos.

 HISTORIA DEL HIMNO NACIONAL DEL ECUADOR
1830-1832: El bardo guayaquileño José Joaquín de Olmedo escribe una Canción Nacional (un coro y cuatro estrofas) en homenaje al naciente Estado ecuatoriano. Esta creación sugerida por el Gran. Juan José Flores no fue musicalizado ni tampoco logró difusión.1833: Un himno con título de Canción Ecuatoriana (seis estrofas) se publicó en la Gaceta del Gobierno del Ecuador No. 125 del 28 de diciembre. El trabajo señala 1830 como el año de su creación, pero la mayoría de los cronistas no le presta total atención por ser de un autor anónimo.1838: Una Canción Nacional (coro y cinco estrofas) aparece incluida en el folleto Poesías del General Flores en su retiro de La El vira, que publicó la Imprenta del Gobierno. En edición posterior presenta cambios en su tercera estrofa. Aun así, para los historiadores es la segunda Canción Nacional que se conoce.1865: El músico argentino, Juan José Allende, que colaboraba con el Ejército del Ecuador, presenta al Congreso Nacional un proyecto de musicalización de la letra del Dr. José Joaquín de Olmedo, pero aquello no tuvo la suficiente acogida.

                                                                        
Letra del Himno Nacional del Ecuador


CORO

¡Salve, oh Patria, mil veces! ¡Oh Patria!
¡Gloria a ti! Ya tu pecho rebosa,
gozo y paz, y tu frente radiosa
más que el sol contemplamos lucir.
I
Indignados los hijos del yugo
que te impuso la ibérica audacia,
de la injusta y horrenda desgracia
que pesaba fatal sobre ti,
santa voz a los cielos alzaron,
voz de noble y sin par juramento,
de vengarte del monstruo sangriento,
de romper ese yugo servil.
II
Los primeros los hijos del suelo
que, soberbio, el Pichincha decora
te aclamaron por siempre señora
y vertieron su sangre por ti.
Dios miró y aceptó el holocausto,
y esa sangre fue germen fecundo
de otros héroes que atónito el mundo,
vio en tu torno a millares surgir.
III
De esos héroes al brazo de hierro
nada tuvo invencible la tierra,
y del valle a la altísima sierra
se escuchaba el fragor de la lid;
tras la lid la victoria volaba,
libertad tras el triunfo venía,
y al león destrozado se oía
de impotencia y despecho rugir.
IV
Cedió al fin la fiereza española,
y hoy, ¡oh Patria!, tu libre existencia
es la noble y magnífica herencia
que nos dio el heroísmo feliz:
de las manos paternas la hubimos,
nadie intente arrancárnosla ahora,
ni nuestra ira excitar vengadora
quiera, necio o audaz, contra sí.
V
Nadie, oh Patria, lo intente. Las sombras
de tus héroes gloriosos nos miran,
y el valor y el orgullo que inspiran
son augurios de triunfos por ti.
Venga el hierro y el plomo fulmíneo,
que a la idea de guerra y venganza
se despierta la heroica pujanza
que hizo al fiero español sucumbir.
VI
Y si nuevas cadenas prepara
la injusticia de bárbara suerte,
¡gran Pichincha! prevén tú la muerte
de la Patria y sus hijos al fin;
hunde al punto en tus hondas entrañas
cuanto existe en tu tierra, el tirano
huelle sólo cenizas y en vano
busque rastro de ser junto a ti.